Esperando adoptar a mi hija.

Los representantes de la ley son gente que puede cometer errores.

Pero aprender de cada situación y valorar cada caso es un objetivo promordial que debe aceptarse.

Así como se debe recordar que tales autoridades están comprometidas a buscar el bienestar del niño por sobre todo.

A principios del siglo pasado había muchos y crueles prejuicios acerca de la adopción. Tan fáciles de detectar como puede verse en series animadas para niños.

Espero que en el naciente siglo XXI la mentalidad se abra aún más a la experiencia de la paternidad responsable. Y a la existencia de nuevas formas de cumplirla.