Hace poco, el DIF Estatal Chihuahua compartió una experiencia por el Día Nacional de la Adopción de niñas, niños y adolescentes / 9 de abril.
Estoy muy contenta de regresar al blog compartiendo esta historia que no es mía, pero en estos tiempos de retos, puede mantener el ánimo de otros que quieren adoptar.
Todo comenzó hace cuatro años cuando decidimos después de estudios y resultados negativos que nuestro bebé sería de corazón.
El caminar no fue fácil ni nada sencillo, hasta que llegamos un 11 de abril a un curso taller que daba el DIF Estatal Chihuahua sobre todo lo relacionado a la adopción, ahí lloramos, comprendimos muchas cosas, entendimos las diferentes etapas del duelo por las que habíamos pasado y sobre todo se abrió una luz en el camino.
Siguieron exámenes médicos, policíacos, test psicológicos, estudio socioeconómico, en fin, todo aquello que te respaldará como una persona segura, estable en todos los aspectos.
De ahí siguió esa constante comunicación con nuestra psicóloga, ese correo que mandábamos en espera de una respuesta tan anhelada nos llevó a contratiempos tristes, desesperados... En donde tuvimos que volver a hacer exámenes psicológicos para pasar a las siguientes etapas. El tiempo pasaba y nosotros seguíamos con esa fe que desde el primer día nos sostuvo.
La espera no era fácil, la paciencia se desvanecía, pero el Amor entre nosotros, nos levantaba, siempre estaba la mano del otro para levantarnos juntos. Durante esta espera hubo enfermedad y el amor se fortaleció, el cuerpo se recuperó y el corazón anhelaba aún más poder compartir y dar mucho amor a nuestro bebé.
Estábamos conscientes que no sería bebé por nuestra edad (no estamos viejitos, pero si maduros), esperábamos una niña. Pero Dios dice pide y te daré lo que necesites y así fue. De soñar en un mundo rosa, de princesas, se convirtió en un Universo Azul donde vive Batman, los dinosaurios y la TV cambió de imágenes.
A inicios de septiembre del 2019 se hizo la propuesta. Y no era lo que pedimos, pero si era nuestro hijo, desde que vimos su foto nos atrapó y dijimos ese tan esperado SI de ahí vinieron las visitas, salidas a comer (por tiempos cortos), hasta que nos lo entregaron para llevarlo a casa. Ahí toda la familia lo esperaba para recibirlo con amor. Fueron tres años y medio de espera y hoy ese sueño tenía cuerpo y cara.
Pero aquí realmente inicio lo bueno, un proceso de adaptación difícil. En donde mamá salía de viaje seguido por el trabajo y papá se quedaba con el (un gran reto para él), fueron momentos de angustia, incertidumbre, desesperación porque no sabíamos cómo llegar a él, (aún y con toda la experiencia profesional) el reto fue grande. Pero definitivamente el amor lo era más, aprendimos a comunicarnos, platicar, le enseñamos a expresar sus sentimientos y no quedarse callado o enojado, lo hicimos sentirse incluido, a respetar reglas y límites, a dar abrazos, demostrar amor, a ser parte de una familia.
Todo este proceso fue respaldado por nuestras familias y amistades que con amor lo hicieron sentir seguro, tranquilo y en casa.
El camino no ha sido fácil, pero después de la última reunión en el Tribunal de Justicia y escuchar de la máxima autoridad su aprobación, nuestro corazón se alegró aún más y como dijo nuestro niño: “Ya somos una familia de tres” y así es que nuestro milagro se ha hecho realidad y hoy tenemos en casa a nuestro bebé que DIOS mando para nosotros.
“Dioscidencias” hermosas como ver su cara y encontrar parecido con papá, sus gustos por la comida, organizado y sensible como mamá, Estas hermosas palabras que tanto anhelábamos y sinceramente no recordamos cuando empezó a decirnos así, fue un proceso tan natural, espontaneo que parece tenerlo desde siempre.
Hoy nuestro compromiso es darle lo mejor, hacerlo un niño feliz, protegido, autónomo, noble, respetuoso, incluyente y sobre todo amarlo cada día como él se lo merece y nosotros seguir alimentando nuestro amor de pareja para tener buenos cimientos agarrados siempre de la mano de Dios.
Gracias a todos los que han sido parte de este gran milagro, familia, amigos, compañeros, alumnas, y todo el personal del DIF Estatal Chihuahua que conocieron nuestro proceso y principalmente gracias Dios por escucharnos, seguimos agarrados de tu mano.
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