Esperando adoptar a mi hija.

Tener como amiga a una periodista como Lourdes Díaz me permite conocer algunas de las muchas historias humanas que en su trabajo encuentra. Hoy me ha permitido tomar algunas relacionadas con los niños que ha conocido. Por ejemplo:

Edlyn, una niña “genio” a sus 8 años

Toca el piano, el violín, baila ballet, danza folclórica y ha hecho un robot

Edlyn Patricia Ruiz García, a sus 8 años, toca el piano, el violín, baila ballet profesional y danza folclórica, ha hecho un robot, ha ganado el concurso estatal de voces de El Quijote, va un año más adelante a su edad y lleva un promedio general de 9.8; es desenvuelta y creativa con actividades prácticamente toda la semana e incluso en vacaciones.

Esta niña de tercero de preescolar fue promovida para segundo de primaria, “se brincó primero” dice debido a que aprendió a leer, escribir y los número, sola, sin que nadie le enseñara desde sus seis años.

Durante la mañana acude a una escuela pública estatal donde cursa el tercer año de primaria, pertenece a un grupo de niños con alto nivel intelectual conformado por alumnos desde primero hasta sexto; juntos toman una clase de robótica donde han creado robot que habla, camina, prende luces y toca música.

En ese grupo el aprendizaje es muy enriquecedor por los diferentes niveles con los que convive, pues se adaptan igual con un niño de sexto que con uno de primero porque todos son muy listos, dice. En su grupo son 5 niños “genio” con quien comparte experiencias.
Hija de un ingeniero industrial y de una maestra que no ejerce, ha desarrollado diversas habilidades tal vez porque en todo lo que quiere estar se le ha apoyado dice, pues en la mañana va a la escuela y por las tardes de lunes a viernes asiste a danza folclórica, a ballet, a clases de violín que toma en el Conservatorio de Música, su padre le enseña piano en casa y durante los fines de semana sale a correr y a nadar.

A sus 6 años tuvo su primera presentación de ballet profesional y también ganó el concurso estatal de voces en la convocatoria de El Quijote. Ella de grande quiere ser maestra de ballet, aunque tal vez con el tiempo cambie de opinión. (Lourdes Díaz López / El Diario)