Tener como amiga a una periodista como Lourdes Díaz me permite conocer algunas de las muchas historias humanas que en su trabajo encuentra. Hoy me ha permitido tomar algunas relacionadas con los niños que ha conocido. Por ejemplo:
Jesús Aron Figueroa de 10 años, es un niño que va a la escuela, le gusta el futbol, tiene preferencia por las matemáticas, su pasatiempo es ver películas infantiles y hacer todo lo que el resto de los niños de su edad hacen, sin embargo desde sus 8 años ya enfrenta la peor de las batallas, padece de leucemia, que lo ha llevado a terapia intensiva y lo ha sometido a complejos tratamientos durante los último dos años.
Con la serenidad en sus ojos cuenta que lleva 115 quimioterapias y que ya sólo le faltan 6, que por dos meses el año pasado cuando estuvo en terapia intensiva donde incluso estaba completamente aislado y ni podía ver a nadie, sólo deseaba sentirse bien, no tenía energía para desear nada que no fuera buena salud “sólo veía a mi familia en horas de visita”, cuenta.
“Ya perdí el pelo y ya me volvió a nacer” dice, por lo que considera que va muy bien su tratamiento contra la leucemia, acostumbrado y adaptado a los dolores de cabeza, de estómago y el vómito que le da después de una quimioterapia, ya no teme a las agujas ni al médico ni mucho menos al hospital.
Él es originario de Guachochi, cursa el quinto año de primaria, pero cada semana viaja a Chihuahua para recibir atención médica, a veces lo trae su madre, a veces una tía y en ocasiones su abuela, es el segundo de cuatro hermanos, y a sus cortos 10 años, ya sabe distinguir cuando un niño llora por cosas muy por debajo de lo importante, sonríe cuando cuenta que los niños regularmente lloran sin razón sólo por chiplería.
Él ha aprendido a que llorar no sirve de mucho, además de estar enfermo, es de una familia de muy bajos recursos, en la asociación civil AMANC que se dedica a la ayuda de niños con cáncer le dan alojamiento y apoyo con el camión cada semana que viene al médico, sin embargo tiene todo tipo de necesidad, especialmente de útiles escolares, ropa y zapatos según dice.
De juguetes comenta que le gustan los monos, los soldados, pero su familia no tiene dinero para comprarle. Si alguien le quiere regalar algo es talla 12 de ropa y zapato número 4 y se lo pueden hacer llegar a la casa de AMANC.
Av. Zarco N.2836 Col. Zarco, entre estación de bomberos y el Hosptal Palmore por la acera de enfrente, 31020
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